Cargué sobre el
hombro derecho la tonelada/audio de los cds de Ovnitorrincos que esperaban en
un galpón, rodeados de encomiendas mucho más rústicas que la obra de una banda
encerrada en 15 gramos de plástico. Cargué media cuadra…pero me sirvió para
percibir la magia que, ya está haciendo falta aclararlo, aun tienen las “cosas
tangibles”.
Nuestro disco ya
está ¿girando? en todas las plataformas de streaming; la gente lo escucha a
diario desde lugares tan insólitos para nosotros como Burzaco, Dublín o
Hollywood!! y recibimos preciosas devoluciones cada tanto; algunos ya
canturrean las letras en los show, todo eso que se va generando alrededor de un
disco: el necesario feedback, ida y vuelta letal para que la obra consuma su
circulo virtuoso, y cree el espacio necesario para nuevas novedades.
A pesar de todo
eso, el peso de la tonelada/audio con los mil cds en el hombro funciona literal
y metafóricamente como un signo preciado: una carga que conlleva el placer de sostenerla,
de tocarla, de ponerla ante la vista y mirarla hasta cansarse.
Y todo este
desvarío fútil para evitar decir cuánta emoción al ver la criatura, la versión
3d, la forma material de un sueño que se sueña despierto y se moldea día a día.
Adentro del
redondel están los primeros burdos ensayos, el rescate de viejas canciones, la
llegada de las nuevas, las salas de ensayo, el hermoso proceso de grabación del
disco, la armoniosa amistad que nos une como banda.
Y por alguna
vieja razón, lo tangible todavía tiene su valor. Aunque no tenga una sola
compactera para hacer sonar el disco, aunque si la tuviera, quizás lo escuchara
por bandcamp o spotify, ahí está el plastiquito, generando emoción y signo de
un tiempo que seguramente está mutando fatalmente.
Me dice mi
hermana que su nena de 10 años le pidió su ep DESPIERTA, para ponerlo en una repisa, en un espacio
cuidado, que yo me imagino como un altar. Quizás lo físico…”el físico”, como se
le dice al cd ahora, esté sirviendo más como tótem que por su función
primordial. Sólo para venerarlo y mirarlo y tocarlo. Quizás por eso el vinilo
funciona aun mejor como objeto de adoración. Quizás la versión streaming todavía
necesite un rato más al disco real como certificado de autenticidad y veracidad.
Mientras sea así, vamos a seguir yendo al galpón a buscar “cosas”, para sentir
su peso...y el placer de cargarlas.
Jose
Jose
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